NATALIA BOTERO

Escul­tora colom­biana nacida en Medel­lín, Psicóloga, con estu­dios en Filosofía y letras, además se ha instru­ido para ser escritora. Desde el año 2005 se ded­ica a la escultura.

La artista se ha visto influ­en­ci­ada por mae­stros que han tra­ba­jado de la mano con Rodrigo Are­nas Betan­cur, Ramón Vázquez entre otros. Tomando gran parte de su apren­dizaje en el museo el Castillo, en Medellín.

Natalia Botero se ded­ica a mod­e­lar la figura del Ser, expre­sando en ellas emo­ciones instau­radas en los difer­entes tiem­pos de la humanidad, dando pri­or­i­dad al mod­e­lado detal­lado de ros­tros manos y pies; sus escul­turas son pura sín­te­sis en volúmenes que hablan más allá de las pal­abras, con­struyendo con ded­i­cación la expre­sión proyectando por medio del arte un dolor pocas veces sen­tido y apreciado.

Tra­baja la raza afro descen­di­ente por ser her­mosa en su estética y sen­si­ble desde su fuerza generando vida y expre­sando vig­orosa­mente en torno a los laber­in­tos del dolor y el deses­pero de los fan­tas­mas de lo humano. aden­trán­dose a las urbes a los pilares de las huel­las imborrables a los tro­zos de his­to­rias arran­ca­dos por los tiem­pos… Los devenires de la exis­ten­cia humana.

Sus obras van desde el pequeño hasta el gran for­mato como la obra urbana; tra­ba­jando difer­entes mate­ri­ales ocupán­dose desde la creación hasta la final­ización del pro­ceso pasando por resinas, bronces, hier­ros, maderas etc. Dando como toque final pati­nas que se con­fun­den fácil­mente con el bronce.

la Artista en su pro­ceso de creación ha lle­gado a des­cubrir cómo puede pasar de la trage­dia y el dolor del sur­re­al­ismo expre­sion­ista; a la Ale­gría y sim­pli­ci­dad de la mod­ernidad. Nom­brán­dola como la escul­tora de los «grandes contrastes».

con­tin­u­a­mente juega con las emo­ciones humanas pasando desde la deses­peración hacia la apaci­bil­i­dad, de lo cotid­i­ano a lo enig­mático, sim­pli­f­i­cando con­tando his­to­rias basadas en tiem­pos en expe­ri­en­cias no ver­bales no intuidas.

Es así como Natalia Botero incita, evoca, inspira y lleva al obser­vador a percibir como su obra guarda el equi­lib­rio de lo sim­ple y sus historias.